Vacaciones: El tiempo de reencuentro… o de ruptura

Ese período tan anhelado durante todo el año suele hacer que reflorezca a la relación de pareja o por el contrario también puede ser un padecimiento que saca a la luz todos los roces que se acentúan al no estar bajo responsabilidades y ocupaciones.

Cuando las vacaciones se acercan es bueno planificar qué tipo de descanso quieres para esta temporada: relax, diversión, romance, sexo, aventura, familia, etc. Como estas variedades pueden entrar en contradicción puedes escoger unos días para el grupo familiar – incluidos los niños, abuelos y hasta alguna mascota- y reservarte algunos días, al menos cuatro o cinco, para disfrutar de tu pareja y reencontrarse bajo un paisaje, vivienda y clima que rompa con la rutina diaria. Probar cosas nuevas en la cama, nuevas posturas, introducir algún juguete xxx como un vibrador, un consolador o probar un lubricante nuevo.

Vacaciones en todowuarras

Es muy adecuado planear un reencuentro de pareja en algún sitio relajado, ya sea playa o montaña, en el que ambos queden liberados de horarios (incluso de los más básicos como pueden ser el de almuerzo o cena) y en el que cada uno pueda darse sus pequeños gustos como leer, salir a caminar, bañarse largo rato, en fin, encontrar un ritmo que propicie el encuentro íntimo.

Las parejas que se llevan relativamente bien, pero viven saturadas por el trabajo, las obligaciones, el cuidado de los niños o mayores de la familia, suelen no encontrar el espacio o frecuencia para el encuentro sexual. Éste es el momento en el que todo está dado para “recuperar” o subsanar ese desencuentro por causas ajenas a la voluntad.

Sin embargo, las parejas más explosivas o que discuten con mucha frecuencia, se exponen en vacaciones a un período más inquietante aún en el que todo parece molestar más de lo habitual. Lo que a diario puede taparse con salir de la casa para trabajar y así terminar la discusión, en vacaciones hay un supuesto implícito de tener que estar juntos sin demasiada escapatoria.

Vacaciones

Toda pareja necesita de éstos espacios propios que los afianza como tal o que también puede manifestar que ambos ya no encuentran mucho que compartir. De una u otra forma demuestran y hacen reflexionar y tomar conciencia del estado de la relación.

Las vacaciones pueden ser un paraíso o todo lo contrario pero no han de pasar desapercibidas.

 

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